Por fin, y fruto de la misma visita a la tienda de marcos que os conté en mi entrada anterior, mi Quaker Diamod, de Rosewood Manor, ya está también instalado su ubicación definitiva.
Si me paro a recordar cuál es el origen de este trabajo. No puedo dejar de esbozar una sonrisa de oreja a oreja, ya que me hace transportarme a la tienda de Isabel, en la que todos viernes celebrabamos una fiesta con cada tela, cada nuevo diseño y cada nuevo hilo que incorporábamos a nuestras pertenencias.
Gracias a aquellas memorables reuniones, Carmen y yo decidimos sumarnos a este colorido proyecto que, una vez más, combina un abecedario con unos preciosos motivos geométricos plagados de detalles.
Aún recuerdo cuando Isabel nos comentó que era posible compartir los hilos para hacer dos cuadros. Eso desencadenó mi búsqueda de bobinas de madera por toda la red que sirviesen para almacenar las madejas divididas.
La gran sorpresa fue que una de las formas más económicas de adquirirlas fue a través de unas bolsas que son juguetes para pájaros, no deja de ser una anécdota, pero igual os da alguna pista a las que estéis buscando este tipo de accesorio.
Uno de los componentes más destacables de este "quaker" son la combinación de tonos que le da una luminosidad especial.
También ha sido un trabajo de bastantes puntaditas, pero ahora ya instalado en su nuevo marco y colgado junto al resto de obras, ese tema pasa a segundo plano y queda ya cerca del olvido.
Siempre que dirija la vista hacia esta labor mi pensamiento volverá a su origen y me acordaré de mis amigas apasionadas por cualquier nuevo proyecto y expectantes de algún nuevo reto de costura.
Mañana en nuestra ciudad es fiesta, es nuestro patrón:"San Valero".... ventolero y rosconero, dice el refrán. Aprovecharemos los 3 días venideros para seguir sacando proyectos que, como le pasaba a este, aún les falta un pequeño o un gran empujón.