Si de algo me quejaba era de la falta de tiempo, había acumulado muchos materiales y había programado una larga lista de proyectos, muchos más que los que ordenadamente puedo finalizar en mi día a día.
Uno de ellos es esta preciosa bolsa para labores de lana, que en estos días, en los que la agenda nos da una tregua forzosa, he podido terminar.
Tenía tejida la parte de lana, bordados los números y letras y cortados los bolsillos. La empecé con mucha ilusión, pero se quedó a medias y lanas y agujas siguieron en las bolsas de plástico o papel una labor tras otra.
Ahora ya está lista para cuando empiece mi nuevo chal con agujas circulares.
Me ha venido bien poder rebuscar en mi modesta mercería y añadir detalles que adornan la parte exterior. Cada inicial, abalorio o cinta que he encontrado me parecían pequeños tesoros, y me he alegrado de tenerlos a Ya tengo otros trabajos avanzados, y otros terminados como esta cesta alfiletero que a falta de montaje estaba en el saco de labores sin terminar.
Ya tengo otros trabajos avanzados, y otros terminados como esta cesta alfiletero que a falta de montaje estaba en el saco de labores sin terminar.
Coser, bordar y tejer, entre otras cosas, es parte de mi tabla de salvación en esta situación tan impredecible, sobrevenida hace apenas unas semanas. Yo siempre quería tiempo, pero no a este precio.
